Nuestro barrio es solidario en silencio, y así el viernes atardecieron un montón de personas por el Centro de Recursos Comunitarios de la Fundación El Tranvía, para participar en la donación de sangre que organizamos con la Asociación Ebro de Donantes. Gracias a todos los vecinos y vecinas que se acercaron y dejaron mucha sangre para quien la necesite.
Fue un gusto ver como todos ellos siempre sonreían. Hubo casos que fueron una lástima: por ejemplo, un ramillete de gente joven que se acercó a participar en la iniciativa. Gente tan joven que no tenía edad para donar.
También hubo quien por falta de hierro, no pudo dejar su sangre. Y le confesó a la doctora que se encargaba de coordinar la extracción que trabajaba mucho y comía poco.
En nuestro barrio, siempre hemos sido, así que todavía somos, pese a todo.